viernes, 17 de julio de 2009

Le Cimetière Père Lachaise







Esta mañana en el metro he entablado conversación con un hombre muy simpático (porque tenía una perrita de aguas portuguesa monísima) y me ha contado que el Père Lachaise era el confesor de Felipe XIV.

El caso es que el buen (o mal) hombre le dio el nombre a un cementerio al lado de donde yo vivo en París. Larga es la lista de personalidades (muertas claro) que están enterradas allí. Así que el domingo nos fuimos para allá mi madre mi hermano y yo. Para cotillear un poco.

Y claro, el problema era que nuestro mapa era una birria que yo había descargado de internet y que las tumbas de famosos no están señalizadas, porque el sitio no deja de ser un cementerio. A todo esto sumadle el especialmente desarrollado sentido de la desorientación del que disfrutamos en la familia. El resultado es que no vimos la sepultura de ningún famoso.

Cuando ya casi habíamos perdido toda la esperanza, de repente surgió de entre la arboleda un señor que se dirigió a mi madre muy amablemete en francés: "Avez-vous vues les tombes de Molière et de La Fontaine?"

Yo estaba unos metros detrás y veo a mi madre que se gira hacia mí y me pregunta: "¿Qué dice?"

El hombre se me acerca y me explica amablemente, que si nos habíamos fijado en que habíamos pasado al lado de las tumbas de Molière y La Fontaine, y que realmente esta tumbas no eran tales sino que eran algunos despojos inhumados en el cementerio años de sus muertes.

Esto último lo dijo alargado su mano en dirección a las tumbas. En ese momento un detalle me llamó la atención: su mano estaba renegrida, la uñas con un cerco parduzco, como si hubiera estado cavando con ella en la tierra largamente. Un vistazo general me dejó comprobar que su jersey estaba raído y lleno de hojarasca y sus pantalones llenos de barro con una de las perneras rasgada. De su cabeza sólo sobresalían algunos mechones de pelo, grisáceos, alborotado y largos. El amable paseante portaba unas gafas sucias y torcidas y toda su cara presentaba un tinte parduzco... De repente, extrañas pensamientos travesaron mi mente y una fina llovizna comenzó a caersobre nuestras cabezas.

Cuando miré detrás de mi interlocutor, me di cuenta de que estas mismas ideas habían aflorado en las imaginaciones de mi madre y mi hermano. Agradecí varias veces al extraño señor su amabilidad y salimos tan rápido como la discreción y la cortesía nos permitieron en la dirección que nos había indicado...

9 comentarios:

Anónimo dijo...

jajaja simpatico que bien escribes eh!
Luz Stella.

Lorena dijo...

Ey gracias por el comentario

Así no siento que le hablo a las paredes

Besos

Anónimo dijo...

Las imágenes destilan calma, paz, tranquilidad. Claramente invitan al descanso.
Las construcciones no son de mi agrado, pero supongo que son adecuadas. Es una lástima que solo muestren exteriores.
El jardín tiene demasiadas verjas, pero las flores crecen robustas. Se nota que están bien abonadas.
Las inscripciones sobre la piedra son una magnífica idea. Me interesan. Me gustaría saber si tienen corrector automático o escritura predictiva.
No he visto ningún cartel de ventas y los agentes de ventas que aparecen en las fotos no parecen muy entusiasmados.
ASP

Unknown dijo...

Me gusta ver el cielo
con negros nubarrones
y oír los aquilones
horrísonos bramar
me gusta ver la noche
sin luna y sin estrellas
y sólo las centellas la tierra iluminar.

Me agrada un cementerio
de muertos bien relleno.
manando sangre y cieno
que impida el respirar,
y allí un sepulturero
de tétrica mirada
con mano despiadada los craneos machacar

Me agrada ver la bomba
caer mansa del cielo.
e inmovil en el suelo,
sin mecha al parecer,
y luego embravecida
que estalla y que se agita
y rayos mil vomita
y muertos por doquier.

.....................
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La deseperación
JOSÉ DE ESPRONCEDA

Clara dijo...

¡Qué romántico!

Cual Bécquer o Espronceda, parece que el cementerio os despertó la musa de la poesía. Me gustaría ir allí con algunas hojas en blanco. Y conocer también al sepulturero o aquél que se parece.

Bonitas descripciones del lugar.

Lorena dijo...

Gracias por los comentarios. Tito el tuyo es un poco "Sin noticias de Gurp"

Estáis hechos todos unos literatos

Fernanda Irene dijo...

Nunca pensé que llegaría a conocer en persona a "Pedro Pitraco". El Père Lachaise es uno de mis lugares favoritos en París, tiene un no sé que, que qué se yo que me gusta. En mi próxima visita me iré allí a leer por las mañanas o a la caída de la tarde, mientras Math y tú preparais deliciosos platos en la cocina. ¡Jo, que bien me lo voy a montarrrr!

Lorena dijo...

Jajaja sí sobre todo a la caída de la tarde para volver a casa con los ojos echaos a perder de intentar leer en la penumbra. Y bueno... Pedro Pitraco, se llama realmente "Pierre en Loques" porque te recuerdo que era o es (no sé con que tiempo verbal referirme a él) totalmente franchute

Fernanda Irene dijo...

Bueno, hija, si voy en el crepúsculo me llevaré uno de los candelabros de los titos, otra cosa estaría fuera de tono