Sí sí, es una ratoncito castaño muy listo. Se ha comido el queso sin que saltara la ratonera (os juro que para mí esto ha sido todo un alivio) y además estoy segura de que ha tenido algo que ver con el hecho de que esta tarde saltara la alarma de la casa (conmigo dentro, a las 4 de la tarde) y yo me quedara casi sorda mientras intentaba que Math me dijera el código por teléfono)
Encima cuando le cuento estas desgracias a alguien, le da risa porque claro, los ratoncitos son muy monos, sobre todo los que se cuelan en casas ajenas.
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